lunes, 29 de junio de 2009

HISTORIA EFECTUAL Y HERMENÉUTICA

Gadamer H.G. (1996) plantea en el Tomo I del texto Verdad y Método, la importancia de la historia efectual dentro de la mirada hermenéutica. Este texto, pretender retomar algunas de las observaciones que él desarrolla al respecto.

En primera instancia, es importante tomar en cuenta que la historia efectual recobra una importancia capital para la hermenéutica al mostrar “a cielo abierto” (Gadamer, H.G. 19996, p.p. 370) “la situación en la que nos encontramos frente a la situación que queremos comprender” (Gadamer, H.G. 19996, p.p. 372), para lo cual la categoría de horizonte como ámbito de visión que el hermeneuta debe recorrer, se convierte en el camino para ir encontrando las relaciones ya no solamente con el pasado, sino entre el pasado, el presente y el futuro.

El horizonte se hace muy interesante para el caminante, ya que expresa la amplitud que éste debe alcanzar a comprender. “Ganar un horizonte quiere decir siempre aprender a ver más allá de lo cercano y de lo muy cercano, no desatenderlo, sino precisamente velo mejor integrándolo en un todo más grande y en patrones más correctos” (Gadamer, H.G. 19996, p.p. 375)

El hermeneuta entonces aunque mire la historia desde el pasado, al caminar desde el horizonte histórico, debe igualmente mirar al presente, ya que el no tomar en cuenta el presente al lado del pasado y su situación, hace que el contexto se desvíe hacia una línea meramente historiográfica.

Tal como lo plantea Gadamer H.G. (1996) la verdadera conciencia histórica que implica la historia efectual desde una mirada de horizonte histórico, hace que el aporte del hermeneuta (que se encuentra en el presente) sea esencial para la comprensión, dado que el comprender es siempre el proceso de fusión de los diversos horizontes que se van creando desde ese horizonte primero que presenta miles de imágenes, pensamientos, personajes, sensaciones, ideologías y concepciones que se entrecruzan entre el pasado, el presente y el futuro.

El intérprete no sólo debe ser el que reproduce lo que ve en el horizonte histórico, sino que al tener en cuenta la conciencia histórica y por ende la fusión de horizontes debe hacer valer su opinión. El caminante no debe generalizar las interpretaciones que se encuentre en el camino, ya que todo “debe ser comprendido en cada momento y en cada situación concreta de una manera nueva y distinta” (Gadamer, H.G. 19996, p.p. 380).

En resumen, es esencial ver cómo la hermenéutica planteada por Gadamer H.G. (1996) retoma la importancia de la historia efectual ligada a la categoría de horizonte, en la cual el intérprete debe caminar entre el pasado, el presente y el futuro desde la mirada crítica y no simplemente historiográfica. De igual manera la historia efectual implica la importancia del contexto y la no generalización de las interpretaciones a otros contextos, sujetos y experiencias de vida.

En ese orden de ideas, el aporte que la historia efectual continúa haciendo a la investigación historica es esencial, ya que consolida la importancia de ir hacia la ruptura de una mirada historiográfica desde una propuesta crítica. La hermenéutica desde ésta mirada, genera aportes críticos a un presente que debe aprender de su pasado, pero que a la vez debe caminar con la tranquilidad de no llegar a juicios o conclusiones que puedan generalizar acontecimientos históricos con sujetos concretos en contextos específicos.

La responsabilidad de la historia efectual es como lo plantea el mismo Gadamer un gran esfuerzo que implica caminar entre las interrelaciones, los encuentros y desencuentros que la vida misma genera, sabiendo que cualquier trabajo interpretativo de ésta índole no puede ser acabado, sino que como una obra de arte, no sólo es acabada por el espectador, sino que lo será durante el recorrido de un tiempo complejo que cruza múltiples horizontes que se entrecruzan dentro de la complejidad humana del intérprete, lo interpretado, el contexto desde donde se interpreta y los horizontes desde los cuales nos apreciamos en ese camino tan complejo de la búsqueda del otro, que es a fin de cuentas la búsqueda del sí mismo.

Referencias

Gadamer H.G. (1996) Verdad y Método I. Sígueme. Salamanca


Mónica Cuervo Prados